
Nuevo ciclo: family offices adoptan una gestión más activa en América Latina
Players destacan oportunidades en bodegas logísticas y proyectos multifamily
9 de septiembre de 2025Mercado Inmobiliario
Por Paulo Alfaro
En Medellín, GRI Institute reunió a importantes players del mercado para un encuentro privado sobre el desempeño de los family offices en América Latina, con especial enfoque en la evolución de este modelo en Colombia.
La reunión, que contó con Patria como co-host, puso en evidencia el proceso de sofisticación de los family offices en la región, que están pasando de una postura pasiva a una participación más activa en la gestión de sus inversiones.
Los family offices están formando equipos especializados y creando comités internos de inversión con mayor protagonismo en la toma de decisiones estratégicas. Este movimiento impulsa estructuras más flexibles y personalizadas, lo que permite un mayor control sobre los vehículos de inversión, incluyendo fondos de private equity, fondos inmobiliarios e inversiones directas en proyectos de desarrollo.
A pesar del creciente proceso de internalización en la administración de activos, la asesoría externa sigue siendo indispensable, especialmente en las áreas fiscal, legal y financiera, debido a las complejidades regulatorias de la región.
La asignación de capital en real estate se mantiene como una opción sólida, aunque todavía representa una proporción relativamente pequeña dentro de los portafolios globales.
Un estudio citado durante el encuentro revela que, en promedio, el 11% de los portafolios de las 317 familias analizadas está destinado al mercado inmobiliario. Sin embargo, un ejecutivo señala que en Colombia este porcentaje es considerablemente mayor.
El creciente interés por el real estate, especialmente en el mercado colombiano -uno de los temas centrales del debate en Medellín-, refleja la búsqueda de activos tangibles que ofrezcan seguridad y mayor control.
El número de familias colombianas que están estructurando sus propios family offices continúa en aumento, impulsado tanto por la búsqueda de diversificación de riesgos como por el deseo de mayor autonomía en la gestión de sus inversiones. Aun así, el mercado colombiano todavía se encuentra por detrás de países como México y Brasil, donde los family offices presentan un nivel más alto de madurez y consolidación.
Entre los activos preferidos para la inversión internacional, las bodegas logísticas se destacan como una estrategia sólida para el crecimiento patrimonial. Uno de los participantes comparte que invierte en pequeños almacenes en Estados Unidos, principalmente en zonas de alta demanda, con tasas de ocupación que oscilan entre 92% y 96%.
Los proyectos multifamily también ganan protagonismo. Existe un creciente interés por parte de los inversionistas latinoamericanos en el mercado de Madrid, que viene atrayendo capital internacional y consolidándose como una opción segura y rentable.
Para los participantes, la demanda de activos a largo plazo con rentabilidad estable supera el apetito por inversiones más arriesgadas. En este contexto, los data centers emergen como una tendencia relevante, aunque por ahora reciben mayor atención en mercados más maduros.
El futuro de los family offices en la región se perfila como prometedor. La combinación de mayor sofisticación, disponibilidad de productos financieros personalizados y estrategias más autónomas debe impulsar el segmento.
La expectativa es que, en los próximos cinco a diez años, los family offices sean cada vez más autosuficientes y capaces de generar sus propias oportunidades, al tiempo que mantienen alianzas con gestores especializados para maximizar retornos y mitigar riesgos.
En Medellín, GRI Institute reunió a importantes players del mercado para un encuentro privado sobre el desempeño de los family offices en América Latina, con especial enfoque en la evolución de este modelo en Colombia.
La reunión, que contó con Patria como co-host, puso en evidencia el proceso de sofisticación de los family offices en la región, que están pasando de una postura pasiva a una participación más activa en la gestión de sus inversiones.
Los family offices están formando equipos especializados y creando comités internos de inversión con mayor protagonismo en la toma de decisiones estratégicas. Este movimiento impulsa estructuras más flexibles y personalizadas, lo que permite un mayor control sobre los vehículos de inversión, incluyendo fondos de private equity, fondos inmobiliarios e inversiones directas en proyectos de desarrollo.
A pesar del creciente proceso de internalización en la administración de activos, la asesoría externa sigue siendo indispensable, especialmente en las áreas fiscal, legal y financiera, debido a las complejidades regulatorias de la región.
La asignación de capital en real estate se mantiene como una opción sólida, aunque todavía representa una proporción relativamente pequeña dentro de los portafolios globales.
Un estudio citado durante el encuentro revela que, en promedio, el 11% de los portafolios de las 317 familias analizadas está destinado al mercado inmobiliario. Sin embargo, un ejecutivo señala que en Colombia este porcentaje es considerablemente mayor.
El creciente interés por el real estate, especialmente en el mercado colombiano -uno de los temas centrales del debate en Medellín-, refleja la búsqueda de activos tangibles que ofrezcan seguridad y mayor control.
El número de familias colombianas que están estructurando sus propios family offices continúa en aumento, impulsado tanto por la búsqueda de diversificación de riesgos como por el deseo de mayor autonomía en la gestión de sus inversiones. Aun así, el mercado colombiano todavía se encuentra por detrás de países como México y Brasil, donde los family offices presentan un nivel más alto de madurez y consolidación.
Entre los activos preferidos para la inversión internacional, las bodegas logísticas se destacan como una estrategia sólida para el crecimiento patrimonial. Uno de los participantes comparte que invierte en pequeños almacenes en Estados Unidos, principalmente en zonas de alta demanda, con tasas de ocupación que oscilan entre 92% y 96%.
Los proyectos multifamily también ganan protagonismo. Existe un creciente interés por parte de los inversionistas latinoamericanos en el mercado de Madrid, que viene atrayendo capital internacional y consolidándose como una opción segura y rentable.
Para los participantes, la demanda de activos a largo plazo con rentabilidad estable supera el apetito por inversiones más arriesgadas. En este contexto, los data centers emergen como una tendencia relevante, aunque por ahora reciben mayor atención en mercados más maduros.
El futuro de los family offices en la región se perfila como prometedor. La combinación de mayor sofisticación, disponibilidad de productos financieros personalizados y estrategias más autónomas debe impulsar el segmento.
La expectativa es que, en los próximos cinco a diez años, los family offices sean cada vez más autosuficientes y capaces de generar sus propias oportunidades, al tiempo que mantienen alianzas con gestores especializados para maximizar retornos y mitigar riesgos.